En Chile existen diversas maestras y músicas que no han sido reconocidas por sus obras. Por lo general, a la mujer se le invisibiliza en gran parte de las perspectivas de sus trabajos. Esto contrasta en el área académica donde se encuentra la mayor cantidad de compositoras vigentes, pero ¿pareciera que de verdad les costará triunfar solo por ser mujer?

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En los años en que se premió a la primera mujer en música, ya existía una pérdida de atención a los intérpretes y las orquestas. Más aún para las mujeres que ocupaban estos puestos en la música, pero aun habiendo esta problemática ellas lograron realizar estudios de composición apoyando la difusión de maestros a otros países.

 

La primera mujer en recibir la distinción fue Margot Loyola en 1994, además de ser la primera folclorista. Durante su adolescencia formó el grupo “Las Hermanas Loyola” junto a Estela, y realizó diversos estudios que significaron la creación de los libros “Bailes de Tierra” (1980) y “El Cachimbo” (1994).

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La segunda mujer fue Elvira Savi Fericini en 1998, quien con tan solo 15 años ya estaba participando como pianista en la planta docente del conservatorio nacional, además de crear una carrera de pianista solista y de música de cámara. Tuvo una importante labor como docente por 60 años y participó en grabaciones de piano para diversos compositores chilenos. Recibió el premio siendo destacada por excelencia musical y técnica como pianista.

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Carmen Luisa Letelier lo recibió el año 2010. Inició como solista para luego unirse al conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica. Fue incluida como miembro de número de la Academia de Chile de Bellas Artes del Instituto de Chile, consejera de la facultad de Artes y parte del directorio del Teatro Municipal de Santiago. Cuando recibió el Premio Nacional de Música, se destacó su trabajo como académica y su presencia en la formación de jóvenes en la música; también su trabajo como difusora de obras de sus compatriotas en el país y el extranjero.

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Este año, la ganadora fue la soprano y directora de ópera Miryam Singer, quien se ha desempeñado como académica del Instituto de Música de la Universidad Católica de Chile. Tiene una trayectoria como solista en obras del repertorio sinfónico coral y como solista de ópera. En sus 25 años de trayectoria ha participado en la difusión de la ópera en el país, realizando masivos conciertos al aire libre como en la Plaza de Armas de Santiago.

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Como dijo Singer durante su entrevista con CNN “En ese sentido siempre estuve trabajando en un terreno masculino. Las mujeres que han hecho lo mismo que yo no existen”.

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Estas cuatro mujeres tienen dos cosas en común y es que todas han sido reconocidas por respaldar la difusión de la composición chilena, además, de desempeñarse en el campo de la música académica impulsando el interés de jóvenes en el área.

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Con estos cuatro ejemplos, los invitamos a reflexionar sobre el rol de las mujeres en la música y la visibilización que tanto trabajo ha costado realizar.